Durante el Barroco surge como tema similar la “alabanza de aldea y el menosprecio de corte” cuyo máximo exponente es Andrés Fernández de Andrada con la Epístola moral a Fabio. Se centra más en la crítica a la codicia y ansia de poder que contaminaba las grandes ciudades y los ambientes cortesanos, pero también describe la vida rural como el ideal de sobriedad y mesura .
Un fragmento de la Epístola moral a Fabio:
[...] ¡Pobre de aquel que corre y se dilata
por cuantos son los climas y los mares,
perseguidor del oro y de la plata!
Un ángulo me basta entre mis lares,
un libro y un amigo, un sueño breve,
que no perturben deudas ni pesares.
Esto tan solamente es cuanto debe
Naturaleza al simple y al discreto,
y algún manjar común, honesto y leve.
No, porque así te escribo, hagas conceto
que pongo la virtud en ejercicio;
que aun esto fue difícil a Epicteto. [...]
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